Hay cosas que no se pueden improvisar. El pastrami es una de ellas. Carne curada, ahumada y cocinada a fuego lento durante casi tres semanas. Pura paciencia, puro vicio. En Café Caramba lo llevamos tan en serio que podemos decirlo alto y claro: somos los únicos en Canarias que lo hacemos de verdad, casero y artesanal.

Si buscas un sándwich de pastrami cualquiera, este no es tu sitio. Si quieres probar un pastrami hecho con cabeza, con historia y con carácter, bienvenido a Caramba.


El origen de un icono

El pastrami no nació en Nueva York (aunque allí se convirtió en mito), sino en la Europa del Este. Era la forma que tenían de conservar la carne sin nevera: sal, especias, humo y tiempo. Después emigró a Estados Unidos y encontró su hogar en los delis neoyorquinos, donde pasó de ser un método de conservación a ser el rey absoluto de los sándwiches.

Ese viaje de siglos termina aquí, en Tenerife. Pero en Caramba no copiamos: reinterpretamos con respeto y con nuestra propia energía.


La base: falda de ternera fresca

Sin carne buena no hay pastrami que valga. Por eso usamos falda de ternera fresca, nunca congelada. Es la pieza perfecta: jugosa, con grasa justa, con esa fibra que después de curarse y cocinarse se vuelve mantequilla.

El pastrami industrial existe, pero sabe a mentira. El nuestro empieza con producto fresco y termina en tu mesa después de casi tres semanas de trabajo.


Tres semanas de locura

No hay atajos. El pastrami de Café Caramba sigue un proceso artesanal que dura unos 21 días:

  1. Curación con especias
    Cada pieza de falda pasa por un baño de sal, especias y cariño. Aquí empieza la transformación.
  2. Reposo lento
    La carne se deja tranquila, que respire y se impregne. Días enteros solo para que coja sabor.
  3. Ahumado
    Le metemos humo natural, despacito, sin prisa. Ese aroma que se mete en la fibra y se queda grabado.
  4. Cocción a baja temperatura
    Horas y horas hasta que se vuelve tierna, jugosa, imposible de olvidar.

Lo casero se nota. Lo artesanal sabe distinto. Y en Caramba no nos da miedo invertir tiempo en lo que merece la pena.


Todo hecho aquí

No compramos pastrami hecho ni usamos recetas rápidas. Todo sale de nuestra cocina: desde la marinada hasta el último corte. Controlamos el proceso de principio a fin, porque solo así conseguimos que cada bocado sea igual de bestia que el anterior.

Y lo mejor: nadie más lo hace en Canarias. Lo repetimos porque nos encanta decirlo.


El sándwich de pastrami en Caramba

Aquí no nos quedamos cortos. Nuestro sándwich de pastrami lleva:

  • Pan recién hecho
  • Mostaza
  • Pepinillos crujientes
  • Queso suizo fundido
  • Y, claro, montañas de pastrami artesanal

Nada de lonchas finas de compromiso. Aquí el pastrami se corta grueso, con nervio, para que cada mordisco tenga potencia. Y el queso suizo le da el punto cremoso y meloso que lo convierte en un sándwich imbatible.

Es un sándwich que no se come: se ataca. Mordisco grande, manos manchadas y sonrisa asegurada. Street food de verdad, directo al corazón (y al estómago).


Por qué el pastrami es puro Caramba

En Café Caramba nos gusta lo auténtico, cañero y sin filtros. No hacemos copias baratas, no buscamos lo fácil. Queremos platos con carácter, con historia y con una personalidad que hable por sí sola.

El pastrami encaja perfecto porque representa todo eso:

  • Es artesanal.
  • Es casero.
  • Es único.
  • Y sobre todo, tiene mucho rollo.

¿Lo pruebas?

Si nunca has probado un pastrami auténtico, prepárate. Y si lo conoces de Nueva York, te va a volar la cabeza encontrar algo así en Tenerife.

📍 Estamos en el centro, listos para servirte el mejor sándwich de pastrami artesanal de Canarias, con todo lo que debe llevar: carne casera, queso suizo fundido, pepinillos y pan recién hecho.

Café Caramba no es un sitio cualquiera. Es el lugar donde la comida callejera se toma en serio, donde todo se hace a mano y donde el pastrami se convierte en religión.